Libres de la depresión

Jehová  Sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas. (Salmo 147:3)

En mi a adolescencia  pase por un periodo corto de mi vida sumida en la depresión, no quería salir, no quería vivir, no quería estudiar, no quería comer, solo quería llorar y  dormir, no por  ser llorona (la gente que me conoce sabe que no soy llorona), pero en ese momento estaba pasando por un momento difícil. Pase esos días en casa encerrada. Mi Madre ya estaba comenzando a preocuparse.

Una tarde encerrada en mí habitación oí  la voz de Dios que me decía: Santyeri levántate, tienes que salir hacia adelante, la vida no se acaba, Basta de llorar. En ese momento abrí mi Biblia en Apocalipsis 21: 4 que dice: “Y Dios  enjugará toda lágrima de los ojos de ellos. Y no habrá mas muerte, ni llanto, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas pasaron”. En ese momento me arrodille a adorar al señor, y en oración le prometí estar de pie, para hacer su obra.

Hoy estoy de píe con el sueño de algún día ver a mi creador y darle las gracias por ayudarme a estar de pie esa tarde. Cuando miro hacia tras y recuerdo como el señor me ayudo a superar esa crisis, me postro y adoro su nombre. Y  cuando a veces  me siento triste recuerdo aquella promesa: “Y Dios  enjugará toda lágrima de los ojos de ellos. Y no habrá mas muerte, ni llanto, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas pasaron” (Apocalipsis 21: 4)

Necesitas saber que te expresas, actúas y piensas de acuerdo como te sientes, no debes conformarte en ese estado, Dios te ama tanto y le preocupa tu situación. Los sentimientos negativos pueden estar minando tu energía y tu capacidad para amar y hacer la obra de Dios, y el enemigo lo sabe, Por eso necesitas levantarte en el nombre del señor.

¿Te sientes deprimido hoy o lo estuviste ayer?  El grado no importa, lo que verdaderamente importa es decidir salir adelante con la ayuda de Dios. Necesitas pedirle a Dios que eche fuera el espíritu de depresión de tu vida, Jesús tiene el remedio a tu dolor, el vendará  las heridas de tu corazón quebrantado. Entrégate  a trabajar por Dios y por los demás. Entonces notaras la fuerza del espiritusanto obrando en ti y haciéndote victorioso al enfrentarte al sufrimiento, al dolor y al mundo.

Dios te ha regalado este precioso día lleno de oportunidades, no dejes que tus lágrimas empañen tu 
gozo.


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