“Y antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído (Isaías 65:24)”
No se si ya te ha pasado como a mi, pero se que en algún momento de la vida te has sentido entre la espada y la pared, sin rumbo, sin saber que hacer, con la necesidad de ser escuchado, pero no saber con quien depositar esa carga.Muchas veces me he sentido así, pero lo bueno es que cada vez que me ocurre voy hacia un amigo que es muy especial y quiciera presentártelo hoy. Es Jesús, el amigo que nunca me ha fallado, ni me fallara.
A mi corta edad he sufrido severas traiciones de "personas" que en algún momento creí que podrían confiables, pensé que podrían ser un respaldo, que podrían comprender mi sustitución , lo terrible de todo esto es que durante mi búsqueda cada vez quedaba chasqueada y aunque conocía del amor de Jesús siempre buscaba ayuda por mis propios medios. Todo esto continuo transcurriendo como un circulo vicioso, hasta que un día me tope con este versículo:
“Y antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído (Isaías 65:24)”, incline mi cabeza y me puse en oración, fue la primera vez que dure una hora completa orando, sin dormirme, esa fue la primera la oración larga que había hecho.
Desde ese momento se fue mi ansiedad. Derramar mi corazón ante Dios fue la experiencia mas grande que he vivido, al terminar mi oración estaba llena de paz y con la confianza de que Jesús estaba al control, me di cuenta que el tenia las respuestas, y que l era ese amigo que por tanto tiempo estuve buscando.
No quiesiera terminar esta meditacion si antes colocar este video que se que te llenara de aliento.
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