Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Santiago 4: 7 y 8 Si hay algo que el diablo teme es ver un hijo de Dios de rodillas orando en el nombre de Jesucristo. Satanás puede ridiculizar nuestros mejores esfuerzos y puede incluso burlarse de nuestra sabiduría, pero tiembla cuando oramos.